Cuando tenemos un negocio y vemos a la competencia siendo líder del mercado siempre tenemos la curiosidad de saber cómo ha llegado hasta ahí y cómo podemos nosotros lograr ser su competencia directa, con el fin de poder, algún día, facturar tanto o más.
En un escenario como el que tenemos actualmente, donde la competitividad entre las empresas es cada vez más grande, entran en juego diferentes técnicas para lograr destacar entre las mejores, y que el potencial cliente nos elija a nosotros.
Siempre tenemos que estar en constante actualización y mejora, por ello hoy vamos a hablar sobre el benchmarking y la importancia de incluir este tipo de herramientas en tu negocio.
Pero, ¿qué es el benchmarking?
Podemos decir que el benchmarking es el proceso de análisis, investigación y comparación constante de nuestra empresa con los competidores y líderes de nuestro mismo mercado.
Su objetivo principal es analizar qué decisiones está tomando la competencia y qué estrategias están llevando a cabo. De este modo, podremos comparar nuestros movimientos con los de la competencia, y así poder aprender y mejorar nuestras estrategias de negocio.
Cuando queremos llegar al nivel de una empresa líder en el mercado, podemos estudiar la estrategia que los ha llevado a estar en ese lugar e intentar seguir sus pasos de forma mejorada.
En muchas ocasiones se confunde el benchmarking con copiar lo que hacen o han hecho otros, pero ese no es el concepto, lo ideal es observar, comparar y mejorar nuestras estrategias frente a los de la competencia.
Otro de los puntos fuertes del benchmarking es que más allá de descubrir las debilidades y fortalezas de tu competencia, también te ayudará a conocer mucho más sobre tu propia empresa, pudiendo así crear un plan de acción que te mantenga en una mejora continua.
Entre los principales objetivos que se buscan con el benchmarking destaca:
- Descubrir nuevos conceptos de análisis
- Identificar áreas en nuestra empresa que debemos mejorar
- Ampliar los conocimientos de nuestra propia empresa
- Establecer unos objetivos viables y realistas en nuestro plan de acción
- Conocer mejor a la competencia y el nivel de competitividad del mercado
- Llevar a cabo las mejores prácticas del mercado
- Implementar nuevas estrategias de negocio
- Mejorar la comunicación de la empresa
- Mejorar o perfeccionar procesos
- Reducir el número de errores de la empresa
- Reducir los costes al máximo
¿Qué tipos de benchmarking conocemos?
Benchmarking interno: Consiste en analizar y evaluar las diferentes áreas de nuestra empresa con el fin de descubrir aquellos aspectos que necesitamos mejorar.
Por ejemplo, si un departamento de nuestra empresa tiene un mejor desempeño en ciertos aspectos en relación al resto de departamentos averiguaremos cuales son esos puntos fuertes y los adaptaremos.
Benchmarking de competencia: Es importante centrar nuestra atención en la competencia y analizar sus prácticas. De este modo podremos identificar nuestros puntos débiles referentes al servicio, estrategias y procesos para así tomar decisiones que nos impulsen a ser más competitivos.
Benchmarking funcional: En este caso tomamos como referencia los procesos específicos o estrategias de empresas de otros sectores distintos al nuestro, sin tener por qué ser competidores directos.
Este tipo de benchmarking nos hace ver más allá de nuestro sector y nos ayuda a la hora de implementar nuevas técnicas innovadoras.
Hacer una buena estrategia de benchmarking conlleva de un trabajo duro. Apóyate en profesionales que nos puedan ayudar a estudiar nuestro negocio y enseñarnos cómo llevar a cabo dicha estrategia de forma efectiva, fundamental a la hora de conseguir situarnos entre los líderes de ventas de nuestro sector.