En la actualidad tener acceso a un préstamo personal es una de las ventajas que nos ofrece el sistema financiero, y además, la facilidad para obtener un préstamo en muchas ocasiones es muy fácil ya que casi no nos piden requisitos mínimos.

Siempre que pedimos un crédito sabemos que nos va a tocar pagarlo con intereses, por eso hoy vamos a hablar sobre las tarjetas revolving y el gran conflicto de los intereses que estas conllevan.

Pero, ¿Qué es una tarjeta revolving?

Definimos el crédito revolving como un crédito concedido por una entidad financiera a un cliente, con un límite establecido que puede gastar durante un tiempo acordado de antemano.

Se concede un importe máximo del que puede hacer uso durante un tiempo acordado, cuando tenga necesidad de disponer, se rebajará el límite fijado concedido en la cantidad utilizada, y también puede realizar ingresos en la tarjeta, hasta llegar nuevamente a restablecer el importe que ya se ha utilizado.

La persona que utiliza esta modalidad de créditos, es el que elige la cuota que querrá pagar todos los meses, pero hay que tener en cuenta que se deberá pagar el importe y los intereses generados. Debemos tener en cuenta que la entidad financiera si suele establecer un mínimo mensual entre el 3% y 5% de la cantidad que del préstamo.

Muchos usuarios deciden pedir este tipo de créditos para uso personal, como por ejemplo viajes, gastos extraordinarios, una compra muy cara, etc. Y las cantidades oscilan entre los 500 euros  y 6.000 euros.

Cuando solicitamos este tipo de tarjetas, es de vital importancia prestar atención al tipo de interés que nos están sometiendo. La entidad financiera suele indicar el tipo mensual, junto con la comisión de apertura, por lo tanto, para poder comprar varias ofertas hay que tener en cuenta la Tasa Anual Equivalente (T.A.E.), que es donde realmente vamos a ver cual de las entidades financieras nos compensa más.

De aquí sale la problemática y la importancia de tener alguien que sepa asesorar bien este tipo de tarjetas revolving. Cuando la pedimos, no nos permiten extinguir la deuda de una única aportación al mes siguiente, por lo tanto, aunque pagues las cuotas mes a mes, siempre veremos que la deuda baja pero muy poco a poco debido a los impuestos tan altos que este tipo de tarjetas acarrean, de hasta un 27%.

Un arma de doble filo es que el cliente elige los plazos y las cantidades de pago, y muchas veces, creemos que alargar el pago de estos créditos demasiado es buena idea, porque casi no se va a notar en él día a día. Esto no hará más que aumentar nuestra deuda con la entidad financiera debido a que si la cuota es muy baja, la devolución mensual no cubre ni siquiera los intereses generados por la deuda. Así, la deuda solo crece según va pasando el tiempo.

En muchas ocasiones, la propia entidad financiera es la que te apoya en que pagues cantidades muy pequeñas, para así cobrar durante más tiempo los intereses. La cuestión, es que en muchas ocasiones, acabamos solo pagando intereses, y la deuda, por mucho dinero que pongamos, nunca se acaba.

Podemos creer que el único problema son los intereses abusivos de estas tarjetas, pero algo muy grave también es la forma de comercializarlos y el tipo de publicidad que les dan, muchas veces “engañándonos”.

Cuando nos referimos a engañar, nos referimos a que era algo muy común mostrar en los folletos y contratos de forma muy clara que su expedición es gratuita, y al mismo tiempo se mostraba de forma muy poco clara los intereses asociados. Esto se hacía con letras pequeñas e ilegibles o incluso textos demasiado enrevesados que no dejaban clara esta parte.

Como consejo, tenemos que decir que es imprescindible contar con un asesor profesional a la hora de contratar estas tarjetas, y tener un control real sobre lo que podemos gastar y pagar, debido a que estas tarjetas muchas veces nos llevan a potenciar el consumo y usarlas de forma irresponsable, algo que en muchas ocasiones es lo que busca el propio vendedor.

Esta espiral de intereses ha llevado a muchos usuarios a un problema económico muy serio, por eso cada vez son más las personas que están reclamando estas tarjetas, y por suerte, en muchas ocasiones si se puede recuperar parte del dinero gastado, llevándolo por la vía judicial.