Muchas veces cuando tenemos que hacer algún trámite, sobre todo si somos autónomos, tenemos una pyme o una empresa, nos encontramos con una pregunta muy común y que en alguna ocasión nos puede llevar a la confusión. ¿Cuál es la diferencia entre una persona física y jurídica?
No te preocupes, muchas personas se encuentran con este tipo de dudas a diario. Después de leer las siguientes líneas dejaremos los conceptos muy claros para que nunca más te vuelvas a encontrar en esa situación.
Conceptos y diferencias de una persona física o jurídica.
La persona física, o también reconocido como persona natural es un ciudadano que cuenta con un domicilio y una nacionalidad propia, cumple sus derechos y obligaciones.
Cuando una persona física se da de alta, no tiene que dar un capital inicial para poder desarrollar su actividad, pero sí debe asumir de forma personal todas las obligaciones, responsabilidades y da como garantía a la empresa todos sus bienes para cubrir cualquier deuda que provenga de la empresa.
Las personas que son reconocidas como personas físicas pueden ser: Una persona que decide emprender un proyecto personal, cualquier empleado de una empresa que no participe económicamente en el proyecto o una persona que ejerza una profesión de manera independiente ( Un administrador, un profesor, un mecánico, etc… )
Las partes positivas que podríamos destacar de ser una persona física son varias. Por ejemplo, a la hora de constituir una empresa no necesitamos una gran cantidad de trámites y es mucho más rápido. Otra, que ya hemos nombrado con anterioridad, no necesariamente hay que presentar un capital inicial muy alto, y los costes de los trámites son reducidos. Algo muy importante es que el control de la empresa lo lleva una sola persona, por lo tanto, a la hora de realizar las gestiones es más simple y cómodo.
Sin embargo, como todos sabemos, todo tiene su lado bueno y su lado malo, por esta razón, también vamos a nombrar las partes negativas.
Todas las deudas recaen sobre nosotros y tenemos que hacernos cargo de ellas con nuestro capital personal en caso de que no llegase con el capital de la empresa y si el dueño no puede seguir ejerciendo la actividad se tiene que interrumpir. Para concluir, es más complicado conseguir financiación de cantidades demasiado altas.
Ahora vamos a centrarnos en la persona jurídica.
Una persona jurídica o moral, es una entidad pública o privada creada por varias personas que puede ser con o sin ánimo de lucro, que ejerce y cumple los derechos sobre esa misma entidad. Lo que queremos decir con esto, es que recae toda la responsabilidad en la empresa y no en el dueño de ella.
Al contrario que en persona física, aquí podemos encontrar dos tipos de personas jurídicas: De derecho público y de derecho privado.
Cuando hablamos de derecho público nos referimos a las entidades que se financian mayoritariamente con ingresos de mercado, y están vinculadas a la Administración General del Estado o a sus organismos públicos.
Las personas jurídicas de derecho privado son las que representan intereses particulares y están regulados por códigos de comercio específicos. (Empresas, asociaciones, cooperativas, etc)
Igualmente a las personas físicas, aquí también encontramos pros y contras que vamos a nombrar a continuación.
Como puntos a favor podemos destacar que el capital puede ser mucho más mayor, puesto que se puede aportar entre varios socios. La responsabilidad para pagar las deudas se limita al patrimonio de la empresa, y los socios nunca tendrán que destinar su capital personal a cubrir estas deudas. A la hora de pedir créditos financieros a gran escala hay más posibilidades de que los concedan.
Sin embargo, también tiene su parte negativa, y es que la inversión inicial debe de ser mucho mayor a la de una persona física, el papeleo y la gestión para iniciar la actividad es mucho más compleja y lenta. No solo a la hora de abrirla, puesto que cuando se quiere liquidar o simplemente modificar la actividad también es mucho más dificultoso.
Después de leer estas líneas estamos seguros que ya puedes resolver las dudas que nos entran a la hora de saber cuales son las diferencias entre una persona física o jurídica.
Las diferencias son evidentes, pero esto no quiere decir que ninguna opción sea peor o mejor que otra, dado que cada una se adapta a las necesidades de cada persona o grupo de personas y a lo que buscan a la hora de emprender un nuevo proyecto empresarial.