Cada vez empezamos a oír más la palabra startup, y cada vez más gente está interesada en este nuevo modelo de negocio. Una startup es una empresa de nueva creación y en etapa de desarrollo, que tiene fecha de caducidad ya que solo se considera startup en su periodo de arranque.
Son negocios con ideas muy innovadoras y que salen al mercado apoyados por las nuevas tecnologías y una gran disposición para satisfacer las necesidades de las personas. Por ejemplo, Airbnb es uno de los ejemplos más claros de una startup rentable, y como ella también podemos destacar a Uber.
Ahora que ya conocemos lo que es una Startup y hemos nombrado algunas de las más famosas a nivel internacional, vamos a averiguar un poco sobre cómo buscar inversores y los aspectos jurídicos a tener en cuenta.
Algo a tener en cuenta de una startup, es que debemos de tener cuidado a la hora de contar la idea y exponerla a otras personas, ya que al ser una idea innovadora, podemos correr el riesgo de plagio.
Debemos de saber que son empresas con capital-riesgo, debido a que como nombramos anteriormente, son ideas de negocio que buscan innovar, desarrollar tecnologías y desarrollar aplicaciones o procesos web.
La financiación de las startups casi nunca es como en las demás empresas, ya que no se suele pedir créditos bancarios. La forma más común de financiar estos negocios es por el capital aportado por los inversores.
A pesar de ser una inversión de riesgo, los inversores tienen garantías y pueden negociar unos términos y condiciones. La aportación no se hace comprando acciones, sino que pondrán un aumento de capital que va a aportar a la empresa.
Para que el inversor nos haga el ingreso, hay que tener constituida una sociedad holding. Las funciones de esta y su objetivo son poseer las participaciones de otras entidades, tener el control de las actividades desarrolladas y en ocasiones, prestar servicios de apoyo en la gestión de las actividades en las que invierten.
Los inversores se protegen a la hora de invertir de las siguientes formas:
Tienen derechos y preferencias de las acciones preferidas, lo que les da una seguridad. Por ejemplo, cuando hablamos de la preferencia en la cuota de liquidación, si la sociedad se liquida el inversor cobra la eventual liquidación de la compañía antes que los demás accionistas.
Otra de las protecciones que tienen es que reciben dividendos antes que las acciones ordinarias e incluso pueden tener preferencia en los montos.
Más derechos que tiene el inversor, es que cuando ve un riesgo muy claro puede salir antes que los accionistas. Por lo general se pacta un plazo de dos a cuatro años para que las estrategias de salida empiezan a entrar en vigencia.
También tenemos inversores institucionales, un accionista minoritario al que se le priva de los mismos derechos que a otro tipo de inversor. Cómo son conscientes de esto, a la hora de negociar van a pedir de forma legal muchos derechos, como por ejemplo, el derecho de veto, lo que significa que con este derecho podrá decir que no si en algún momento no está de acuerdo con la decisión que quieren tomar.
Lo más común, es que este inversor solo se meta en temas realmente importantes y no en el día a día de la empresa.
Buscan también derecho de protección anti-dilución, porque todos los inversores buscan la manera de proteger que el porcentaje de su aportación no baje debido al aumento de capital por la inversión de otras personas, pero este es un derecho que no suele darse.
Muchas de las empresas de internet dan opción al pasar un tiempo y al conseguir ciertas valuaciones, los beneficios de las mismas pueden suscribir un aumento de capital y obtener acciones de la compañía.
Estos inversores también van a querer participar en los comités más importantes para participar o simplemente estar más informados.
Como en cualquier otra situación, los inversores también tienen restricciones y obligaciones a la compañía y a los empresarios. Cuando alguien invierte en nuestro negocio, por lo general tenemos que ponerles abogados.
Cuando se firma el contrato hay dos cláusulas importantes, primero, la remuneración de los empresarios, e importantísimo, la obligación de confidencialidad, que en este caso es para ambas partes.
Esta última es imprescindible, ya que cuando estamos dándole información al inversor sobre nuestro negocio, no quiere decir que vaya a invertir, por eso es importante tener en cuenta esta cláusula.
A pesar de ser una inversión de riesgo, los inversores tienen muchos derechos que les facilita las cosas cuando la idea no está funcionando. Por esto es importante tener claros los conceptos para poder valorar si es interesante invertir en una startup.