La falta de liquidez es la causante del cierre de la mayoría de los negocios, muchos de ellos factibles con algo más de ayuda y financiación. Por ello, existen una serie de instrumentos y herramientas que ofrecen alternativas de apoyo a la persistencia del negocio.
Una fuente de financiación es toda aquella vía que utiliza una empresa para la obtención de los recursos necesarios que cubran los gastos de su actividad. Estas fuentes se utilizan por las empresas para conseguir fondos y así poder asegurar su continuidad. En los últimos tiempos han aparecido diferentes alternativas a las fuentes de financiación tradicionales (como el préstamo o el crédito bancario) que han supuesto, además de un mayor abanico de posibilidades, una mejora en las condiciones de financiación.
Dentro de las fuentes de financiación podemos encontrarnos varios tipos dependiendo de su procedencia y principales características.
FUENTES DE FINANCIACIÓN PROPIAS O INTERNAS
Son aquellas cuyos recursos provienen del núcleo interno de la empresa y se caracterizan por no tener fijado un plazo para su liquidación. Son fuentes de liquidación propias o internas las aportaciones de los socios; las amortizaciones; las ganancias no distribuidas de la empresa, que pueden utilizarse para ampliaciones de patrimonio; o los suministros para poder cubrir posibles pérdidas futuras.
FUENTES DE FINANCIACIÓN AJENAS O EXTERNAS
Estas fuentes derivan del exterior de la empresa y tienen un coste –interés- por el préstamo monetario. La empresa tiene la obligación de devolver ese crédito junto al interés a corto o largo plazo, dependiendo del tipo de fuente elegida. Podemos dividir las fuentes de financiación externas en tres subgrupos:
Préstamos o líneas de crédito:
Estos contratos bancarios se utilizan para obtener una cantidad de dinero estipulada que tendrá que ser devuelta en un plazo determinado. En el caso de los préstamos esta cantidad se entrega íntegra y simultáneamente a la firma del contrato; por el contrario, con las líneas de crédito el cliente puede ir utilizando este dinero poco a poco, existiendo un límite previamente marcado.
Gestión de activos comerciales:
Dentro de este subgrupo existen diferentes términos e instrumentos, como son: los descuentos comerciales, el confirming, el forfaiting y el factoting. Estos dos últimos términos -el forfaiting y el factoring- hacen referencia a cuando una empresa entrega a otra la gerencia total de sus pagos y el cobro de sus deudas. La diferencia principal entre ellos que en el forfaiting se suelen ceder pagarés y documentos de pago legales mientras que en el factoring se ceden facturas emitidas como prueba de la venta del bien o del servicio realizado. En cuanto al confirming, se utiliza para saldar las facturas antes de su fecha de vencimiento o para la obtención de parte de la entidad bancaria del préstamo necesario para disposición del proveedor. Podríamos decir que es como un “factoring inverso”, ya que los trámites son iniciados por la empresa cliente y no por el proveedor.
Arrendamiento financiero:
Por último, en cuanto a arrendamiento financiero -también llamado alquiler con derecho a compra-, disponemos de dos instrumentos bastante conocidos, que son el renting y el leasing. Ambas se tratan de fuentes de financiación a largo plazo donde la empresa cliente dispone de determinado bien durante un periodo de tiempo establecido a cambio del pago de unas cuotas periódicas. Al finalizar dicho plazo, esta empresa arrendataria tiene la opción de devolver dicho bien, renovar su contrato o comprarlo pagando un valor estipulado (esta última opción se da solamente en el leasing).
ALTERNATIVAS ACTUALES
Hoy en día tenemos otras alternativas a las fuentes de financiación convencionales, como son el crowdlending y el crowdfunding. En el caso del crowdlending, un grupo de inversores profesionales depositan su patrimonio en pymes a cambio de cierto tipo de interés. Mientras tanto, en el crowdfunding los inversores colocan su capital a través de soportes online. La compensación recibida con el crowdfunding va a depender de la cantidad de capital donado y de los términos del contrato.
Además, existe una serie de fuentes de financiación que están únicamente orientadas a empresas de nueva creación; como las subvenciones públicas, los préstamos participativos o las Sociedades de Capital de Riesgo (SCR), entre otras.
En definitiva, actualmente existen multitud de opciones a la hora de buscar financiación para tu negocio. Por lo que, a la hora de elegir, es importante contar con expertos que te asesoren y te dicten cual es la fuente de financiación más adecuada para ti y para tu empresa. De esta decisión puede depender el futuro económico de tu negocio.